El misterio que existia en la celda 27 fue un alacran ponsoñoso, que a los presos daba muerte. Era el terror de la celda ese maldito alacran, porque el preso que ahi encerraran muerto habian de sacar. El gobierno de Durango el indulto prometia al preso que ahi encerraran amaneciera con vida. A la carcel llega un nombre por el año del 80 y pidio que lo encerraran en esa maldita celda. Pedro Rojas era el hombre al que le toco su turno entrar a la 27 para pagar sus delitos. Pidio que le concedieran un cerillo y una vela para alumbrarse poquito en esa maldita cela. Cerca de la media noche vio el alacran traicionero aprovechando el momento lo tapo con su sombrero. Cuando llego el carcelero para sacar el difunto Pedro le dice sonriendo yo ya me gane el indulto