Hoy llegó alguien de otro lugar,
y perdió algo que borró
la sonrisa de su corazón.
Nadie más pudo adivinar
la razón por la que dejó atrás
Chicago en San Valentín.
Hey, oh, América tembló.
Bebedor, también gran jugador,
un señor que en el barrio italiano
fue llamado el "español".
Le llamó una noche el "Don",
le encargó un maldito trabajo
que no pudo rechazar.
Hey, oh, América tembló.
Hey, oh, América tembló.
Hey, oh, América tembló.
Le miró a los ojos pistola en mano
el encargo era eliminarlo,
desde el coche una voz le gritaba
¡¡Dispara Tony Martín, mátalo ya ! !
Sabe que no puede olvidar
y jamás deja de recordar
las calles de aquella ciudad.
Hey, oh, América tembló.
Hey, oh, América tembló.
Hey, oh, América tembló.
Le miró a los ojos pistola en mano
el encargo era eliminarlo,
desde el coche una voz le gritaba
¡¡Dispara Tony Martín, mátalo ya ! !
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