Todos me dijeron: "¡Quítate la venda! Eres
un capricho, eres flor de un día". Me hablaba
de amores, sueños y promesas… Sólo por
sus ojos mis ojos veían. Han pasado los
años, se ha quedado sin habla el titiritero. Y
aunque no se da cuenta yo busco su mirada
y le grito en silencio:

Dime, dime, dime… Dime que me quieres
que no vives para otra, que por mis
huesos te mueres, que le gente se
equivoca. Dime, dime que me quieres, que
yo soy tu vida entera, calla a esos que me
hieren o me moriré de pena. Dime que me
quieres, dime que me quieres, dime que
me quieres aunque no lo sientas.

Ya no hay caricias, se murió el deseo y yo
sin embargo le sigo esperando. A veces me
acuerdo cuando me dijeron: "¡Quítate la
venda!" y yo no hice caso. Cuando coge mi
mano se me olvida su olvido y reviven mis
flores. Y lo miro y me acuerdo cuando era
flor de un día y me hablaba de amores.
Dime, dime, dime…