Debajo de cada acción está la vida, en la forma en que el sujeto la aprendió, hasta como uno se abrocha los zapatos es parte de la verdad que la personalidad gra bó. Estamos hechos de recortes, un encolado envuelto en piel, que de mi desesperación en igual dosis que andando en tiempo se convierte en parecer. Así crecimos de pequeñas frustraciones que fueron construyendo la verdad social y a veces se vieron pequeños resplandores enmascarados en esencia colonial. Suele pasar que a veces nos deslumbra el grito del pavorreal porque es brillante su manto. También solemos desoír el simple rito con que la alondra hace verdad el resplandor del sol, del sol Como los rastros orientan a la hormiga tanteando vamos hacia la realidad, quitándole la palabra a la mentira el rastro de la verdad seguro nos llevará al sol. Hay una flor, hay una espina, hay todo lo que nos pasó como una oruga de cañón sobre la vida o como un preso en la pared hacia un reloj. Hay lo que hay y tenemos incompleta el alma, adolecemos el pecado original de haber nacido antes que el canto de las almas nos enseñara a salir del reino animal Así soy yo, así eres tú, así son todos, los que de niños padecieron aprender primero la ficción de reyes y de duendes que la ventana de escribir y de leer.