No quiero, Virgen María, que te vayas a enojar, pero te voy a contar lo que pasó el otro día: Yo iba camino abajo buscando en qué trabajar cuando me vino a arrestar un montón de policías. Yo me decía: Alma mía, ¿qué pecado cometí? tal vez por rezarte a ti me siguen de noche y día. "¿Y qué haces tan de mañana, cuando aún no ha salido el sol? Seguro que andas robando o esperando la ocasión". La niña para en la calle ofreciéndose al que pasa y si esto no es el infierno, dime, Virgen, lo que pasa. ¿Por qué será que los pobres nos quedamos sin ración? tantos rosarios y cruces no traen la solución. Quisiera, Virgen María, que hables al gobernador y le digas cuánto sufre el pueblo trabajador.