Cuando se trata de usted yo me quedo sin palabras, ¡ay, mi vieja timidez! que se agazapa en el habla; cuando se trata de usted, brisa, canoa del aire que se lleva mi canción hecha un silbido que viaja. Cuando me quedo sin voz frente a sus ojos que esperan no hago pie con mi pudor y me sumerjo en la niebla, y por enésima vez termino ahogado de miedo en un lago de temor que usted navega hechicera. Al despertar del calor que me producen sus ojos, todavía está el marrón marroneando mi contorno, reproduciendo el color de sombra color follaje en este otoño sin sol que abruma igual que los otros. Hoy me detengo a pensar si yo merezco el milagro de escucharla respirar alguna noche en mi cuarto, reproduciendo el sabor de aquellos sueños salvajes en que soñándola a usted yo revivía de a ratos