Cerros azules nos vieron crecer, En los misterios del sol, Destino es, de todos ser, Predestinado a tener que nacer. Fueron los andes la cuna y hogar, Nuestra mayor obseción, Donde forjamos los sueños de luz, juntos. Y en la inocencia de nuestra niñez, Aprendimos a crecer, Siempre buscando una voz interior, libres Somos viajeros de la eternidad, Difícil de comprender, Como ulises se fué y volverá, libre. Y en la inocencia de nuestra niñez Aprendimos a crecer, Siempre escuchando una voz interior, libres. Y en esta vida de corto existir, Vimos la vida crecer, Los pies descalzos de nuestra niñes, libres Somos viajeros de la eternidad, Difícil de comprender, Como ulises se fué y volverá, libre.