Ni siquiera sé si realmente lo dudé
¿Cómo podía fallar, si cada tarde las hojas del liquidámbar se estremecían
Al escuchar los cartuchos vacíos caer sobre los ladrillos?
¿Cómo fallar, si las alas de las plagas se cerraban,
Una por una en un torbellino de tejas y plumas?
Y ahí nos encontrábamos, sobre esos mismos ladrillos
Caminando a través de una noche tan nuestra como el día anterior
Y con una sonrisa,
Cuestioné al tirador.
La sonrisa fue correspondida
Y con orgullo, y para mi deleite
Viste a las sombras acompañar al estruendo,
Y a los vidrios volar por los pasillos.
Ahí nos encontrábamos
Sobre esos mismos ladrillos
Y en la oscuridad de la noche se despidieron los treiles
Y en la oscuridad de la noche,
Me enorgullecí del tirador.
Tenha acesso a benefícios exclusivos no App e no Site
Chega de anúncios
Badges exclusivas
Mais recursos no app do Afinador
Atendimento Prioritário
Aumente seu limite de lista
Ajude a produzir mais conteúdo