Nada es nuestro, tuyo y mío,
ni ese miedo de perderse
al juntar un beso ambiguo
que queríamos valiente.
Nada es nuestro, tuyo y mío,
ni esa nube que, inconsciente,
se dormía como un niño
en el seno de tu vientre.
Nada es nuestro, tuyo y mío,
ni ese odio que fue siempre
presuroso sin sentido
como un loco impertinente.
Nada es nuestro, tuyo y mío,
ni el silencio ya indeleble
que nos une en este rito
de agujeros y cipreses.
Tenha acesso a benefícios exclusivos no App e no Site
Chega de anúncios
Badges exclusivas
Mais recursos no app do Afinador
Atendimento Prioritário
Aumente seu limite de lista
Ajude a produzir mais conteúdo