A ti te dedico éstas palabras:
Lo que tengo de ti son sólo malas memorias del pasado y tus nefastas palabras fueron como una lanza en mi pecho.
…Pretendiste ser parte de ésta familia, pero tus intenciones fueron más oscuras que tus blasfemias.

No tienes razón de ser así, nunca dije lo que pienso, porque nunca hablé del todo;
Otro día habrá para ver como me atacas, por la espalda, nunca cambiarás.

Mi confianza en ti se extinguió;
Quiero ver tu cara, nunca dije lo que siento,
Quiero ver tu cara, nunca dije lo que pienso.

Lo aprendiste todo de mí, pero ahora, escupes cuando escuchas mi nombre, así que te digo adiós, porque tu existencia ya no significa nada para mí.

Aquí fijo mis límites, sin remordimientos.
Hombre, este es tu entierro
Con afecto el que alguna vez fue, tu amigo…