oy a cantar un corrido señores, a un hombre de buena raza, recordando a un comisiario de Arcadio Barraza.
Era un sábado de gloria, recuerdo, cuando salió de la Chilla, su corazón le avisaba que con vida no volvía.
Francisco López su hijo, le dijo muy triste, dónde te llevo a curar, Culiacán no es Comedero, pa' que te puedas salvar.
Arcadio le contestaba muy lento, yo ya me estoy acabando, llévame pa' la Calera, mi madre me está esperando.
Su madre se consolaba y decía, devisando aquellos cerros, ahí te lo encargo Diocito, te hacía falta allá en el cielo.
En el panteón de la Ilama, se sabe, que ahí su cuerpo descansa, el homenaje se lo hizo, su primo Miguel Barraza.
17 hijos quedaron muy solos, hay dos mujeres de negro, sus familiares y amigos, nunca volverán a verlo.
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