Piazzola llora su musgo ciudadano
con humos de escape y olór a pizzeria
tantos domingos y tanta gente con ese sol ...
Con canillitas gritones y trenes horizontals,
los semaforos no saben de justicia
Huguito el solterón muere crucificado
en un radiador Toyota
y en los parques algunos padres
preocupados,
se pintan una risa de payaso,
para alegrar a sus hijos inocentes,
a sus hijos inocentes
y aquel sol de los heroes florece
en engaño un engaño de hamacas,
toboganes y pororó.
La poesia no la tiene Buenos Aires
sino los que la viven, la sufren y la gozan.
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