Es bueno e importante imaginarnos poseedores de un perfume interior, que puede ser liberado donde quiera que vayamos y cuando lo deseemos.

Sentimos como si este perfume tuviera una esencia tan potente y concentrada que solo una gota podría perfumar todo lo que nos rodea.

Puede que no lo creamos, pero así somos, un frasco de perfume con una Esencia Divina. Pero, para que este perfume íntimo se libere, es necesario liberarlo de nuestro frasco interior, quitando la fuerte tapa que tantas veces lo ha mantenido atrapado.

Usemos nuestra inteligencia, capacidad y cualidades para liberar el olor de nuestra bondad, nuestro entendimiento justo y tolerante, nuestra caridad consoladora y fraterna.

Saboricemos nuestro camino con este poderoso perfume interior, modificando a mejor nuestros entornos, contagiando a los que nos rodean con la pureza del amor de las buenas personas, sobre nuevas bases de progreso físico, material y espiritual.

Tomemos unos minutos este domingo para valorar la gran importancia que tiene nuestra esencia interior, para perfumar, en cadena, todo el Universo. ¿Qué tal si hacemos nuestra parte?

¡Un abrazo!

Desistir jamás