Un domingo en la tarde, se tiró al ruedo
para calmar sus ansias, de novillero.
Torero, valiente, despliega el capote sin miedo
sin miedo a la muerte.
La Virgen te cuida, te cubre su manto
que es santo mantón de Manila.
Muchacho, te arrimas lo mismo en un quite gallardo
que en las banderillas.
Torero, quién sabe si el precio del triunfo,
lo paguen tu vida y tu sangre.
Muchacho, te arrimas lo mismo en un quite gallardo
que en las banderillas.
Torero, quién sabe si el precio del triunfo,
lo paguen tu vida y tu sangre.
Tenha acesso a benefícios exclusivos no App e no Site
Chega de anúncios
Badges exclusivas
Mais recursos no app do Afinador
Atendimento Prioritário
Aumente seu limite de lista
Ajude a produzir mais conteúdo